ENVÍO GRATIS a la Península sin compra mínima

Blog

¿Qué es la colorimetría y por qué es importante?

Si alguna vez te has probado dos prendas idénticas y con una te ves estupendo y con otra no tanto, ya has rozado la idea de la colorimetría. Elegir los colores adecuados mejora tu piel, realza tus ojos y eleva cualquier look sin complicaciones. Y eso es oro cuando te vistes a diario: te ayuda a comprar mejor, combinar más rápido y sentirte seguro con lo que llevas. Este arte resultará mucho más fácil de dominar una vez entiendas qué es la colorimetría.


¿Qué es la colorimetría?

La colorimetría en moda es, en esencia, el estudio de cómo interactúan los colores de la ropa con tu pigmentación natural (tono y subtono de piel, color de ojos y de cabello).

Esta disciplina clasifica esas características en “estaciones” cromáticas y te sugiere una paleta que armoniza contigo. Aquí tienes una explicación rápida de la colorimetría:

  • Si tu piel tiene subtono frío, los colores fríos y limpios te favorecen.
  • Si tu subtono es cálido, te sentarán mejor los tonos dorados y terrosos.
  • La profundidad (claro/oscuro) y el nivel de contraste (alto/bajo) afinan la elección final.

No es un dogma; es una guía práctica para acertar más y equivocarte menos. En el día a día, presta atención a cómo cambia tu rostro con un color: si “ilumina”, vas por buen camino.

Las doce estaciones de la colorimetría

Más allá del modelo de cuatro estaciones básicas, la colorimetría se divide en 12 estaciones que matizan cada temporada según temperatura (fría/cálida), valor (claro/oscuro) y croma (suave/intenso). Así, por ejemplo, dentro de invierno, existen subgrupos como “invierno frío”, “invierno brillante” o “invierno oscuro”. Que no te asuste la terminología: piensa en una brújula que te orienta hacia lo que te favorece.

Invierno

Piel de subtono frío, contrastes altos, cabello oscuro y ojos intensos son típicos del Invierno. Te favorecen azules marinos profundos, negro, carbón, burdeos y verdes fríos. Construye tu base con prendas limpias, de colores saturados y bien definidos.

  • Camisa lisa en blanco o azul óptico: aporta luminosidad y nitidez al rostro, perfecta bajo un jersey oscuro o una chaqueta técnica.
  • Pantalones en tonos grafito o azul tinta: equilibran el contraste y dan profundidad al conjunto.
  • Completa el look con texturas enceradas o técnicas que refuercen ese aire pulido y sofisticado, como chaquetas cortaviento, botas y jerseys de punto fino.

Verano

También de subtono frío, pero con menos contraste y colores más suaves. Te sientan de cine los grises medios, el azul cielo, el malva, el rosa empolvado y los azules apagados.

  • Opta por polos y sobrecamisas en tonos fríos de azul combinados con pantalones piedra o beige claro. Lograrás un look relajado, ideal para climas cálidos, pero que sigue viéndose pulido.
  • En días más calurosos, elige tejidos ligeros como el lino en tonos apagados. Aportan frescura y suavidad sin perder ese aire refinado que caracteriza al tipo Verano.


Primavera

Subtono cálido, colores luminosos, claros y con brillo. Ojos claros con destellos dorados y cabello rubio/castaño cálido son frecuentes.

  • Apuesta por tonos como marfil, camel claro, verde hierba, coral y azul turquesa, que iluminan el rostro y aportan vitalidad.
  • Camisetas y polos en tonos melocotón o verde vivo combinan de maravilla con pantalones chinos beige o caqui claro, logrando un look fresco, natural y equilibrado.

Otoño

Cálido y profundo. Marrones, ocres, oliva, mostaza, teja y verde bosque son tu zona de confort. Las telas con textura (piqué, punto, pana fina) y los acabados mate refuerzan esa calidez.

  • Un jersey o una sudadera sin capucha en burdeos o verde oliva equilibra muy bien el conjunto.
  • Añade chinos en camel o tabaco y botas marrones: sobrio, masculino y eterno.

¿Cómo saber qué estación soy?

Si te preguntas cómo saber qué estación eres, empieza por estos indicios:

  • Subtono de piel: si te favorece más la plata que el oro y ves venas azuladas, tiendes a frío; si el oro te sienta mejor y ves venas verdosas, tiendes a cálido.
  • Contraste: si hay gran diferencia entre tu pelo/ojos y la piel, tu paleta agradece colores más profundos o brillantes; si el contraste es bajo, mejor tonos suaves y desaturados.
  • Reacción instantánea: coloca una prenda cerca del rostro con luz natural. ¿Tu piel parece más uniforme y tus ojeras se atenúan? Ese color te favorece.

Si sigues con dudas, identifica primero la temperatura (frío/cálido) y después ajusta claridad y saturación. Una alternativa práctica es construir un “mini test de armario” con 6–8 prendas de colores estratégicos y observar cómo reacciona tu rostro al probártelas.

En tejidos de verano, recuerda que el lino añade ligereza y ayuda a que los colores respiren mejor sobre la piel.

Ejemplos de aplicación de la colorimetría a la moda

Vamos a lo útil. Aquí tienes colorimetría: ejemplos directos que puedes replicar con piezas de tu armario:

  1. Invierno (frío, alto contraste): camisa blanca impoluta, pantalón chino azul marino y sobrecamisa carbón. El trío blanco–marino–carbón potencia tu contraste natural sin “apagar” el rostro.
  2. Verano (frío, suave): camiseta o polo azul grisáceo, chinos piedra y cazadora ligera gris medio. Evita los negros duros y opta por azules con un punto ahumado; el resultado es fresco y elegante para el día a día.
  3. Primavera (cálido, luminoso): polo verde hierba, chinos beige y deportivas limpias. Si hace calor, incorpora una camisa de lino en marfil abierta sobre la camiseta: aporta luz y movimiento.
  4. Otoño (cálido, profundo): sudadera sin capucha en verde oliva, chinos camel y camisa de franela fina en marrón suave abierta a modo de sobrecamisa. Texturas mate, colores terrosos y cero estridencias: todo funciona a favor de tu piel.

Consejos finales para sacarle partido a tu paleta sin complicarte:

  • Construye un núcleo neutro (marino, gris medio, beige/camel) y añade acentos de tu estación para dar vida al conjunto.
  • Prioriza buenas prendas base: una camisa que favorezca tu subtono, un polo de manga corta con color acorde a tu estación, unos pantalones que repitas sin pensar y una sudadera o un jersey para rematar el look.
  • Mantén la coherencia de temperatura: mezclar colores fríos y cálidos muy marcados en la misma zona del rostro suele restar armonía.

La gracia de la colorimetría no está en limitarte, sino en darte atajos. Una vez conoces tu estación, puedes romper reglas a propósito: introducir un contraste puntual, jugar con un tono fuera de paleta en pequeñas dosis o apostar por texturas que aporten profundidad (el punto en invierno, el lino en verano). 

Con esta guía ya sabes qué es la colorimetría, qué colorimetría tienes y cómo saber qué estación eres para vestir con más criterio. Ahora te toca a ti: elige dos o tres colores clave de tu estación, incorpóralos a tus básicos y notarás la diferencia desde el primer espejo. 

Suscríbete a nuestra Newsletter

Pago seguro

Gastos de envío gratis

Entrega en 24/72 horas

whatsapp